12 de octubre de 2021
Para Alexandra-Marie Figueroa Miranda, la alianza de género, los derechos sexuales y reproductivos, la libertad de expresión y la autodeterminación de Puerto Rico son temas que le despiertan un gran interés. Asimismo, la activista feminista y cocreadora del proyecto digital La Clara considera menester la educación de la juventud en temas políticos. Figueroa Miranda, egresada de la Universidad de Syracuse en Nueva York, fue organizadora regional para Amnistía Internacional (AI), una organización global sin fines de lucro que trabaja para defender los derechos humanos. Durante un año, en Boston, la joven natural de Trujillo Alto llevó a cabo labores como entrenar a activistas, organizar eventos de formación política, y movilizar grupos de personas para luchar a favor de causas como la eliminación de la pena de muerte, el control de armas de fuego, los derechos de los inmigrantes, entre otras. Sin embargo, tras el paso del huracán María, en 2017, Figueroa Miranda decidió regresar a la isla. Entonces, se unió a la sección puertorriqueña de AI, donde desarrolló, junto a Carla Pérez Meléndez y Desirée Tapia, una propuesta para el primer proyecto digital global de la organización. Así, comenzó la lluvia de ideas. “Como activista, siempre me había quejado de que no hay punto de partida; o tienes el acceso y el privilegio informativo para tú saber qué es lo que está pasando a tu alrededor, y tienes las herramientas y destrezas para depurarlo, o, no tienes el acceso y te conviertes en un semifotuto, en una persona ignorante”, expresó Figueroa Miranda. “Entonces, propusimos La Clara. Es un punto inicial donde las personas pueden empezar a tener ‘bite-sized pieces’ (bocados) de lo que es el mundo político, de lo que son los derechos civiles y por qué cuando hablamos de la libertad de expresión, por ejemplo, estamos hablando de la defensa de todos los otros derechos que ya tenemos garantizados”, añadió. El proyecto La Clara, que nació formalmente a comienzos de 2019, busca empoderar, educar y concienciar a la juventud a través de publicaciones en Instagram y Twitter que discuten temas relacionados a los derechos civiles y la política en Puerto Rico. Entonces, la cocreadora de La Clara se percató del reto que presenta el ciberactivismo debido a la falta de conectividad, pues, como activista, busca movilizar a las personas desde las redes sociales a la acción. Figueroa Miranda comentó que parte de su trabajo es pensar en “cuál es la matemática filosófica y psicológica que yo necesito montar para que esta persona, nada más con ver este ‘post’ (publicación), vaya al enlace, firme la petición, llame a su representante. Necesitamos llegar a eso, y no simplemente el ‘esto es un problema, dale ‘share’ (compartir) si estás de acuerdo”. A principios de 2020, Figueroa Miranda decidió unirse a la organización feminista sin fines de lucro Taller Salud como directora de Comunicaciones. “Mis temas principales fueron, y de ahora en adelante seguirán siendo, la violencia de género, el derecho por el aborto libre y la defensa de esos derechos a la intimidad”, mencionó la activista, quien vestía un pañuelo verde durante la entrevista, realizada el 28 de septiembre, Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Legal y Seguro. La joven de 28 años reflexionó sobre la dificultad y complejidad de trabajar tan cercanamente con temas que considera muy personales. “Es un poquito más difícil que decir ‘pues trabajo de 9 a 5 y poncho’. Ese lujo no lo tengo, así que se convierte tanto personal como profesional. Es la definición perfecta esa de que lo personal es político”, dijo Figueroa Miranda. A pesar de que la activista considera su labor en Taller Salud como la experiencia más formativa, tanto profesionalmente como personalmente, que ha tenido, tomó la decisión de renunciar, pues tiene un interés primordial en luchar por la independencia de Puerto Rico. Ahora, se une a la organización Center for Popular Democracy (CPD), que busca transformar el panorama de política local a través de grupos organizadores. “En mi opinión, la soberanía puertorriqueña no es la contestación a todos nuestros problemas, pero, para mí, no podemos liberarnos de todas estas violencias (de género) si no manejamos la primera”, expresó. Una mirada a su niñez Figueroa Miranda recordó a su ‘yo’ de niña con mucha ternura y nostalgia. “Creo que desde muy chiquita a mí me quitaron una inocencia. No porque me pasó nada en específico, pero porque al vivir en Puerto Rico en un cuerpo de niña o de mujer, se nos obliga a experimentar cosas desagradables desde muy temprano, o se nos obliga a tener el ojo abierto a maldad desde muy temprano, lo cual, en mi opinión, nos roba un poco de los procesos de la inocencia, esa ternura de la niñez”, confesó. Sin embargo, la activista entiende que, en los “espacios feminizados”, es decir, junto a sus amistades feministas, “por primera vez no se te está pidiendo que sacrifiques nada para estar”. La trujillana reflexionó, además, sobre cómo, cuando niña, entendía que el empoderamiento femenino significaba sentirse linda. Sin embargo, ahora lo ve desde otra perspectiva: “Creo que el empoderamiento femenino es lo que cada persona decida que le hace sentir saludable, estable, digne de lograr todo lo que tiene en capacidad”. La juventud que se organiza Al preguntarle cuál es su mensaje para les jóvenes que desean organizarse y abrir discusiones en torno al cambio social, Figueroa Miranda instó a que simplemente lo hagan. “Les grandes activistas no empezaron formándose como activistas. Les grandes activistas se vieron en necesidad, y de la misma necesidad nació su movimiento”, estableció. “Nadie es dueño de la lucha, la lucha les corresponde a todas las personas. Lo más importante es que estés comunicando lo que quieres comunicar, y que se estén escuchando las voces de las personas más afectadas”, concluyó.
0 Comments
7 de mayo de 2021
Cuando Alondra Toledo Febus se inscribió en la competencia mundial de jóvenes emprendedores Global Student Entrepeneur Awards (GSEA), celebrada en China en el 2019, no anticipó que le cambiaría la vida. Sin embargo, cuando regresó a la isla, se percató de que su participación ayudó a darle mayor visibilidad a la comunidad sorda, pero aún quedaba mucho por hacer. Alondra Toledo Febus es una joven de 25 años egresada de la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez (UPRM). Tras percatarse de la escasez de intérpretes de lenguaje de señas en la isla, Toledo Febus, con el apoyo del también egresado de la UPRM Joel Colón Soto, de 26 años, desarrolló una aplicación, llamada UnderstHand, para facilitar la comunicación entre los profesionales de la salud que no manejan el lenguaje de señas y las personas sordas. En el 2019, la joven emprendedora participó en la competencia en Macau, China, y fue galardonada con el premio Innovación, valorado en $1,500, por la creación de UnderstHand. Además, Toledo Febus fue una de cinco competidores escogidos para que sus historias fueran reseñadas en el documental Own The Room, producido por National Geographic, que se estrenó el 12 de abril de 2021 en la plataforma Disney Plus. “Yo siento que esto [UnderstHand] ha sido como mi proyecto de vida”, dijo la joven con una sonrisa, pues se ha dedicado los pasados seis años a desarrollar la aplicación. UnderstHand, creada por Toledo Febus y Colón Soto, se trata de una aplicación diseñada para traducir el lenguaje de señas a palabras escritas, de forma que la comunidad sorda pueda comunicarse eficientemente con sus proveedores de salud. “El profesional de la salud tiene el dispositivo, escoge las preguntas, le da a start [comenzar], y se lo pasa a la persona sorda. La persona sorda ve todo en lenguaje de señas, contesta, y una vez termine de contestar se lo pasa a ese profesional médico, y él puede ver todo escrito”, explicó la joven, quien está en proceso de certificarse como intérprete de lenguaje de señas. El diseño que implementaron Toledo Febus y Colón Soto a su vez atiende a las personas sordas que no saben leer ni escribir, puesto a que les presenta toda la información en lenguaje de señas. “A través de mucha investigación que hicimos nos dimos cuenta que la gran mayoría de la comunidad sorda no sabe leer ni escribir”, dijo la fundadora de UnderstHand. Tratar de venderle el concepto a las personas que no son parte de la comunidad sorda ni tienen una relación directa con este sector fue uno de sus mayores retos durante la competencia global, y en el proceso de recaudar fondos para su proyecto. “Cuando te estoy presentando una necesidad que tú no estás pasando, es bien difícil venderte esa idea”, comentó Toledo Febus. Sin embargo, el desarrollo de su iniciativa no ha culminado, pues la egresada de la UPR expresó que, aunque ya no necesita recaudar más dinero, aún le falta patentizar la aplicación para lanzarla al mercado. Toledo Febus sometió, hace un año, la solicitud para recibir la patente, pero le fue denegada, debido a que ya existe un programa patentizado que es similar al suyo, mas no se encuentra en el mercado. “Nosotros lo que hicimos fue que cambiamos un poquito el algoritmo para que fuera más dirigido a los audiólogos y cirujanos de implantes” de pequeños dispositivos que ayudan a las personas escuchar, explicó la joven refiriéndose a los cambios que, junto a Colón Soto, le han realizado a la aplicación con la intención de adquirir una patente. La aplicación será gratuita para los usuarios sordos, sin embargo, la meta de Toledo Febus es venderla a organizaciones que la distribuyan a los profesionales de la salud, de modo que resulte gratuita para este sector también. De no ser posible, como segunda opción, intentarían vendérselo a los profesionales de la salud, indicó la emprendedora. Toledo Febus reconoce que la comunidad no oyente enfrenta otros retos además de la dificultad en la comunicación con sus proveedores de salud. “Yo solamente enseñé uno de los muchos problemas que enfrenta esta comunidad, que es la comunicación con los profesionales de la salud, pero hay muchísimos [problemas] más, ya sea educación, ya sea en el área laboral, en el área social”, concluyó la joven. 20 de octubre de 2020
La Corte Suprema de los Estados Unidos es el tribunal de mayor rango en el país, pues es la cabeza del poder judicial federal. Esta se compone de nueve jueces; un juez que funge como el presidente de la Corte, y ocho jueces asociados. Los jueces de la Corte Suprema son nominados por el presidente de los Estados Unidos, y confirmados por el Senado. Cada cargo es vitalicio, por lo que solo surgirá una vacante debido al fallecimiento, renuncia, retiramiento, o destitución de un juez o jueza. Tras el fallecimiento de la jueza liberal Ruth Bader Ginsburg, segunda mujer en ser nombrada a la Corte Suprema y un ícono feminista para muchos, ha comenzado el proceso para nombrar un nuevo juez a la Corte. El presidente Donald Trump nominó a la jueza de apelaciones Amy Coney Barrett, cristiana devota y mujer muy conservadora, el 26 de septiembre de 2020, tan solo semanas antes de las elecciones presidenciales. Esto ha causado mucha controversia en los Estados Unidos, pues es evidente que el intento de los republicanos para llenar la vacante en el Tribunal Supremo ha sido uno apresurado. El candidato presidencial demócrata, Joe Biden, criticó la nominación de Barrett por parte de Trump, estipulando que es un “abuso de poder”. No solo eso, muchos consideramos la acción del presidente como una falta de respeto hacia Bader Ginsburg ya que, antes de morir, esta expresó su deseo de que su espacio fuese llenado una vez se inaugurara el nuevo presidente en el 2021. Pero, ¿por qué esto puede ser visto como un abuso de poder? Bueno, pues resulta que, si Barrett es confirmada a la Corte, se producirá un desequilibrio en el Supremo; habrá seis jueces conservadores, y tan solo tres jueces liberales. Por lo tanto, si el Senado le da el puesto a ella, esto tendría innumerables consecuencias para el pueblo estadounidense por posiblemente las próximas décadas. El Tribunal Supremo de Estados Unidos tiene el poder de declarar una legislación o ley Ejecutiva como inconstitucional. Entre las preocupaciones de los demócratas ante el posible nombramiento de Barrett a la Corte está el hecho de que esta, considerando sus creencias religiosas y pasadas expresiones sobre el asunto, probablemente votaría a favor de revocar Roe v. Wade, el fallo de 1973 que reconoció el derecho al aborto. Además, la constitucionalidad de la ley Obamacare (“Affordable Care Act”) se comenzará a discutir una semana después de las elecciones, y podemos inferir que Coney Barrett respaldaría la iniciativa republicana de derogarla. Las audiencias a Barrett para su confirmación a la Corte transcurrieron durante la semana pasada y, a mi parecer, esta evitó contestar cualquier pregunta que pudiera perjudicarla y/o definir sus posturas respecto a asuntos controversiales. Los republicanos poseen una ventaja mayoritaria en el Senado, por lo que todo apunta a que Barrett será escogida para llenar la vacante en la Corte. La votación del Comité Judicial del Senado, el cual también tiene una mayoría republicana, se llevará a cabo el jueves 22 de octubre, para luego ir a la votación sobre la confirmación final de Barrett por parte del Senado. Si ella es confirmada como jueza suprema, la única esperanza que le quedaría a los demócratas para asegurar que sus derechos no sean alterados por los conservadores, sería que gane Joe Biden y una mayoría demócrata en el Senado. Algunos ven todo este asunto como una manera de favorecer a los republicanos, pero, desde mi punto de vista, esto simplemente resalta ahora más que nunca la importancia del voto de los demócratas en estas próximas elecciones. |
Adriana I. Santa PorrataPuerto Rican 3rd year Journalism student. Archives
October 2021
Categories |